De vez en cuando llegan a Mataró algunas exposiciones que por razones desconocidas, pasan sin pena ni gloria por nuestra ciudad, debido en parte a una gran desidia de la población por las exposiciones organizadas por la administración municipal, y en parte por el escaso eco en los medios de comunicación, especialmente los locales, propiciado por los propios organizadores.
Un ejemplo lo tenemos en estos momentos. El Museo de Mataró expone una hasta el próximo 13 de septiembre, muestra con un titulo muy sugerente y adecuado: El món des d'una rajola (El mundo a través de un azulejo).
Un ejemplo lo tenemos en estos momentos. El Museo de Mataró expone una hasta el próximo 13 de septiembre, muestra con un titulo muy sugerente y adecuado: El món des d'una rajola (El mundo a través de un azulejo).
No es esta la primera exposición que se organiza en nuestra ciudad sobre el azulejo. Recordemos que durante los meses de noviembre y diciembre del año 2005, el Museu Arxiu de Santa Maria de Mataró, centro de estudios locales, organizó una gracias al material cedido por la familia un conocido maestro de obras, de los más notables de la ciudad: Antoni Nogueras.
Sin embargo, la exposición organizada por el Área de Cultura de la Diputación de Barcelona, y contando con la colaboración de museos e instituciones como el Consorci del Patrimoni de Sitges, el Museo Municipal Vicenç Ros de Martorell entre otros, nos ofrece un recorrido por la historia de las artes, oficios, costumbres y tradiciones de la vida catalana, desde finales del siglo XVII hasta el siglo XIX.
A través de paneles y con textos breves pero muy explícitos, la muestra se presenta a nivel visual muy atractiva e instructiva, dando a conocer el origen de la producción del azulejo – hay que remontarse a la Italia del Renacimiento – del material con que están realizados – un soporte cerámico que permite representar cualquier tipo de diseños, siempre sobre fondo blanco y enriquecido con motivos ornamentales – su función específica – destinada al ámbito decorativo en cocinas y baños comunes, con el fin también, de evitar humedades, y con la curiosidad añadida de que a fecha de hoy, no se han encontrado azulejos que muestren el oficio de ladrillero.
Junto con Cataluña, ciudades como Sevilla, Talavera, Valencia, etc., tuvieron a su vez gran fama, gracias a su producción de azulejos.
La expresión artística de la muestra, está basada en la sencillez de lineas y colores, de tonos generalmente cálidos – hay que tener en cuenta que cromatismo depende de la fijación después de la cocción en el horno, de la pieza o azulejo – y de temáticas absolutamente diversas. Tal como indica el programa de mano “Los artistas tomaban como fondo de inspiración las Aleluyas (conjunto de estampas de una leyenda), los grabados y las estampas, los modelos de azulejos de otros países o el mundo que les rodeaba”.
Los diversos paneles, complementados con variados elementos decorativos como barcos, botellas y vasos de cristal de época, etc., ilustraban áreas temáticas muy concretas, como por ejemplo, los oficios de barrilero, cristalero, carpintero, agricultor... parejas, viajes por mar o en diligencia, y un largo etc.
Como curiosidad cabe destacar una Aleluya de producción gráfica catalana del siglo XVII, con cuarenta y ocho figuras, una de ellas una oca (auca en catalán) y también los signos del zodiaco.
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