Las salas del Centre d'Art Ca l'Arenas exhiben hasta principios del próximo mes de julio, dos muestras que para el buen aficionado al arte y a la historia, son una demostración palpable de unos periodos históricos concretos, a través de la mirada única e intransferible del artista, de su visión y de su técnica.
La sala 1 exhibe Marià Fortuny, crònica de la guerra d'Àfrica (1860), mientras que en la sala dedicada en exclusiva a los hermanos Arenas, acoge la exposición El llarg servei militar (El largo servicio militar).
Carles Marfà, director del Museu de Mataró, expresó en el discurso de inauguración de la muestra, el pasado 26 de marzo, su agradecimiento a los colegas del Museu d'Art i Història de Reus, por las facilidades prestadas a la ciudad para que, una vez más, pudiera disfrutar de la obra de Fortuny “uno de los pintores más conocidos y cotizados en vida. Gracias a una beca de la Diputación de Barcelona, pudo ser cronista gráfico, a la par que fiel seguidor del general Prim, de la Guerra de África. Se trata de unos apuntes al natural, algunos de ellos como base de obras más conocidas como la famosa Batalla de Tetuán” .
Con referencia a la obra expuesta de los hermanos Jordi y Jaume Arenas, Marfá indicó que se tratan de paisajes del País Vasco, concretamente de Vitoria, en ruta hacia el Camino de Santiago. “Fue un momento convulso en la vida de Jordi Arenas, quien pertenecía a la llamada quinta del biberón, y por ello no fue llamado a filas, pero si movilizado durante siete años. Las piezas seleccionadas muestran diversidad de técnicas y juegos de colores".
Los diversos dibujos a lápiz y tinta de Marià Fortuny que se exhiben en la Sala 1 del centro de arte Germans Arenas, no tan sólo demuestran la maestría a nivel técnico del pintor, sino su gran retentiva, casi de “visión fotográfica” del acontecimiento dentro del cual se encontraba inmerso para, con posterioridad, mostrarlo como cronista gráfico de la experiencia militar, basada en la perfecta planificación y ofensiva de las batallas, en este caso, la de Wad-Ras.
La perspectiva en la clave de la obra expuesta. El trazo es enérgico y rápido, destacando con ello, la nitidez de las escenas. Fortuny no se resistió a la tentación de caer en el hechizo de la luz de África del norte, de sus gentes, y de la planicie de sus tierras. La muestra exhibida, puede decirse que es pequeña, pero abarca la base de su arte.
Junto con esta exposición, se encuentra la de los hermanos Arenas, que en absoluto desmerece la misma, sino que la complemente, bajo otra perspectiva. Son paisajes y retratos de una época concreta y afortunadamente lejana. Reflejan tristeza, aunque con ciertos atisbos de esperanza. Cabe recordar que Jorge Arenas era católico practicante, y el hecho de dibujar iglesias, podría querer reflejar la conformidad y aceptación del momento, a través de la espiritualidad.
El tratamiento técnico tiene gran importancia, especialmente en el uso de la acuarela y oleo s/papel, pero sobre todo, lo que más atrae al espectador es el cromatismo, sin luminosidad, sobrio y distante, reflejo de un profundo sentimiento interior de aflicción, compartido también por su hermano Jaime, pero mostrando este una sensibilidad más serena y sosegada.
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