martes, 16 de junio de 2009

ALBERTO ROMERO GIL: LUMINISIDAD ENTRE MÍSTICA Y REAL





Des del pasado 29 de mayo y hasta el próximo 3 de julio, la sala del Col·legi d'Aparelladors de Mataró expone la obra de Alberto Romero La Luz revelada. Cerca de una veintena de obras donde la nota predominante es la luz, de una nitidez, pulcritud y pureza infinitas.

Tal como destacó en las palabras de presentación de la muestra, el presidente de l'Associació Sant Lluc per l'Art, Antoni Luis, Romero alumno destacado del gran Antonio López “tiene claro el camino a seguir para ir evolucionando. Su sensibilidad y formación lo predisponen a acometer grandes retos”.

La obra de Romero aparenta gran sencillez. Retrata lo cotidiano, sin pretensiones ni grandilocuencias. Objetos humildes que habitan en nuestro entorno, en cualquier casa, en cualquier espacio, se convierten a través de su precisa y única pincelada, en pequeñas obras de arte.

A través de la tímida mirada del artista, un pedazo de tela, unos huevos en una huevera, un clavel en un vaso, un bote de aceitunas, unos tallos de zanahoria, etc. producen en el espectador admiración por la exactitud de la obra, y sorpresa por los objetos retratados, pues si bien la idea no es nueva – recordemos la simplicidad de los objetos de Joan Brossa, presentados de forma más plebeya – contemplarlos en una muestra de admiración hacia el realismo no deja de asombrar.

Romero acostumbra a trabajar en formato pequeño. Oleos s/tela o s/tabla, aprovechando como cromatismo la propia tonalidad de esta última, tal como se puede observar en la obra Dos coliflores. La única obra de gran formato es Perfiles Topográficos, donde el especial tratamiento de la luz y el color del cielo, los tierra del paisaje urbano y desolado junto un una magnífica utilización de la perspectiva, muestran una obra llena de encanto, no por lo enternecedor del tema, sino por la singularidad del entorno.

El conjunto de la obra presentada oscila entre los años 2007 y 2008. No obstante, hay un trabajo del año 2002 hecho en lápiz s/papel: Camino a la victoria de Samotrancia. Sin ningún genero de dudas, fue uno de sus primeros trabajos, y es de agradecer su exposición, pues dentro de la técnica del realismo, hay connotaciones surrealistas muy sugerentes que en nada se avienen a la obra actual.

Una interesante exposición que permite salir de la excesiva presión que ejercen las vanguardias, algunas disfrazadas de arte emergente, sin apenas calidad y otras donde la densidad de la abstracción llega al agotamiento.

No obstante, la juventud del artista también se hace notar en esta muestra, y ciertamente es de esperar su evolución en lo sucesivo, pues si bien transmite una imagen de gran conocimiento técnico, de dedicación y detallismo, llena de serenidad, también se observa cierta frialdad, cierta falta de lirismo. A pesar de connotaciones en el tratamiento de la luz un tanto místicas, el espectador no puede dejar de notar la falta de calidez y de expresión de sentimientos.

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