Flavia Mielnik y su Cuarto Plano ofrece una novedad absoluta: una combinación de dibujo, (trazo sencillo, casi en formato de esbozo) fotografía (de edificios semiderruidos o abandonados) y volumen, (caja de madera), mostrando sobre una plancha de metacrilato, lo que para ella tal vez pudo ser, en tiempo ya lejano, un hervidero de vida, de actividad, de gentes, de bullicio, de convivencia humana y de cotidianidad, transformada por verbigracia de Cronos, en el cementerio del olvido.
Una obra tremendamente original e imaginativa, sugerente en mil y una sensaciones, del despiadado correr del tiempo, a través de casas, muebles, utensilios, trabajos, etc.
Una obra tremendamente original e imaginativa, sugerente en mil y una sensaciones, del despiadado correr del tiempo, a través de casas, muebles, utensilios, trabajos, etc.
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