martes, 5 de octubre de 2010

MUSEU DEL MODERNISME CATALÀ: UN FASCIANTE RETORNO AL PASADO








Si se es sensible al arte, si se ama el ARTE, si las emociones quedan sublimadas a la contemplación de la BELLEZA, al reencuentro con lo más espiritual y hermoso del ser humano, a extasiarse con la obra de los ARTISTAS, sólo tiene una explicación: estar irremediablemente atrapado por la fascinación del ideal.

Y ese ideal se ha convertido en una realidad llamada MUSEU DEL MODERNISME CATALÀ (MMCAT) - Museo del Modernismo Catalán- (www.mmcat.cat). Situado en el número 48 de la calle Balmes de Barcelona, se halla establecido en un antiguo edificio, proyectado por Enric Sagnier entre 1902 y 1904, y por encargo de Joan Josep Bertrand, siendo su finalidad, la de almacén de distribución textil de Fabra & Coats, fabricantes de hilo para bordados y confección.

Perfectamente restaurado y acondicionado, acoge en sus 1000 mts. 2, una colección de las más bellas piezas que haya producido la Cataluña artística de principios de siglo XX, gracias al tesón y el afán coleccionista, durante más de 40 años, de Fernando Pinós y María Guirao, que a principios de marzo del 2010 inauguraron este espacio sin ningún tipo de apoyo institucional, siguiendo así las pautas marcadas por los auténticos mecenas, amantes del arte, que exponían sus recursos económicos en aras del patrimonio histórico y cultural de la ciudad.

La esencia y el espíritu de este movimiento, fue el que inspiró a ambos a finales de los años 70, a crear Gothsland, una galería de arte situada en la calle Consell de Cent, 331 de Barcelona, cuyos inicios se remontan a una tienda de antigüedades de la calle Aragón, cerca del conocido mercado Els Encants.

El Modernismo, o Art Nouveu, fue un movimiento artístico que tuvo lugar entre 1880 y 1930, gracias a una pujante burguesía, culta y sensible al arte, que quiso hacer notar su status y condición a través de esta forma de expresión, y de una nueva concepción de la sociedad. Fue Cataluña y más concretamente Barcelona donde alcanzó su máximo esplendor, a través de una diferenciada personalidad, desarrollando nuevos conceptos artísticos y arquitectónicos basados en la Naturaleza, y en la idealización de un entorno degradado por la revolución industrial.

Entrar en el MMCAT es retornar al pasado y adentrarse en una de las más bellas épocas de la capital Catalana. Descubrir un ideal femenino, demasiado alejado en el tiempo para ser reflejo de la mujer actual, pero que artistas como Joan Brull Vinyoles, Gaspar Camps i Junyent o Ramon Borrell i Pla, han perpetuado en la historia, con sensibilidad exquisita y sublime refinamiento, en magníficos oleos s/tela como: Adelphas, Primavera, Verano, Otoño e Invierno o La Primera feina.

La intensidad, la fuerza y la belleza de los paisajes d’Eliseu Meifren (Cadaqués-Nocturn), el esplendor cromático y brillantez de Joaquim Mir con Sant Genís dels Aiguadells i La sèquia comtal o el misterioso romanticismo de Modest Urgell (Tempesta y Paissatge), obras todas ellas realizadas en oleo s/tela, al igual que los glamurosos y subyugantes Anónimos donde dos elegantes damas posan ante unos maravillosos y delicados jardines. Naturalmente, nombres como Santiago Rusiñol, Roman Rivera, Antoni Utrillo, Joan Llimona o Josep Cusachs, etc., se encuentran presentes en este museo, que no tan sólo ofrece obras pictóricas, sino magníficas piezas de marquetería, mobiliario como sillones, sillas, biombos, arquetas, espejos o plafones decorativos realizados en mosaico, porcelana y cerámica por nombres tan importantes como el arquitecto Josep Puig i Cadafalch, el ebanista Gaspar Homar Mesquida, o el también el mundialmente reconocido arquitecto Antoni Guadí.

Sin duda, también constituyen magníficas piezas de creatividad los bustos y esculturas de Enric Clarasó Daudi (Desconsol, Repòs) realizadas en mármol, o Ferit, en terracota policromada. Josep Llimona con obras como Desconsol, Maternitat, Insomni, Ingenua, también en mármol ofrece una visión de idealismo y melancolía. Pero tal vez, lo que resulta más atractivo, y lo que llena de fascinación al visitante son las obras de Lambert Escalà Milà. Sus rostros de mujer, refinada y etérea, esculpidos en terracota policromada: La ofrena, Noelia, Al vent, Sensual, El petó de amor...

Muy interesantes, las peanas en estuco policromado y estuco dorado de Antoni Gaudi. Un canto a la naturaleza transformada por la mano del artista, al igual que las vidrieras realizadas en vidrio emplomado por Maumejan Hermanos, Joaquim Mir o Antoni Rigalt.

Pero sin duda alguna, la pieza, la obra maestra símbolo del MUSEU MODERNISTA CATALÀ, y de la que el matrimonio Pinós-Guirao se enorgullece y con el que se siente plenamente identificado es el jarrón decorativo d’Eusebi Arnau i Mascort, realizado en mármol. Una pieza única y sorprendente.

Naturalmente, muchos artistas han quedado en el tintero: Joan Rodon Fabrés, Pablo Gargallo Catalán, Joan Busquets i Jané, Lluís Graner... pero la obra de expuesta en el MMCAT, es de tal magnitud artística, del tal grandeza que crea demasiadas emociones y sentimientos para ser sólo descrita con palabras: Debe ser visitada, con la misma abnegación y generosidad que se frecuenta el Museo Picasso, el Museo Diocesano, El Prado, el Thyssen, etc.

Alguien tan alejado del Modernismo como Vasily Kandinsky, aunque cohetanio de este movimiento, mencionó en uno de sus artículos del Der Blaue Reiter (El jinete azul) “(...) Cada arte es una vida propia. Es un imperio para si (...) El refinamiento del espíritu llevado a cabo mediante la suma de determinados complejos es la meta del arte. El arte es por ello indispensable y útil.”

El ARTE jamás temerá al paso del tiempo, permanecerá inalterable para quienes su belleza les acerque a la inmensidad de la creación. El MUSEU MODERNISTA CATALÀ es una resplandeciente obra de ARTE

1 comentario: