Gal-Art, galería de arte, antigüedades y coleccionismo, inaugurada durante el pasado mes de mayo en Mataró , (ronda O’Donnell, 89), inicia su andadura en el camino de las exposiciones apostando con firmeza: Iván Jordá y la muestra Quadern I, (Cuaderno I), un conjunto de obras de reciente creación (2010), que permiten al artista exponer nuevamente en nuestra ciudad, después de unos años fuera de la misma.
A Iván Jordà (www.invajot.com) le precede la genética y el prestigio; de formación autodidacta debe a su padre y mentor, Ricard la pasión por el arte y la devoción por el dibujo.
En la inauguración de la muestra, el pasado 18 de junio, un orgulloso y emocionado Ricard Jordá (www.ricardjorda.net), ante un numerosísimo público de amigos y reconocidos artistas de la ciudad, presentó la exposición, destacando la originalidad de la obra de su hijo “no común en la creatividad. (...) Iván pinta dibujando y dibuja pintando. Esta es la grandeza que podemos tener en la interpretación del arte, pues su función vital es la comunicación, y vosotros debéis estar dispuestos a realizar el esfuerzo por comprenderlo”.
Jordá idolatra el desnudo femenino. Dentro del contexto del arte figurativo, el desnudo y especialmente el femenino, ha tenido gran relevancia a lo largo de los tiempos. Para ello, podemos atenernos a las explicaciones antropológicas – la fertilidad – o a las meramente artísticas – el dinamismo y la vitalidad del cuerpo. Iván Jordá es adicto a esta segunda afirmación, gracias en parte a una herencia genética incuestionable.
Siente verdadera admiración por su progenitor, como padre y como artista, y si bien su influencia en cuanto a planteamiento, estructura, fondo y temática es reconocible al instante, a Iván ni le pesa ni le marca el apellido; todo lo contrario, tiene personalidad propia, diferenciándose en el tratamiento, el enfoque del cuerpo femenino, mucho más sensual y voluptuoso, rozando el ideal, pues tal como nos comentó “... he vivido en otro entorno y otro ambiente”.
Evidentemente, sabe mostrar la sinuosidad de las curvas femeninas de forma provocativa, con toques de refinado erotismo, demostrando con ello un perfecto y meticuloso dominio del dibujo, de las formas, de las proporciones, utilizando a su vez una “aparente simbología” que contextúa la obra : “en realidad, lo incluyo para adornar la figura, sin más complicaciones”.
Jordá expone formas clásicas, bajo un tratamiento tremendamente contemporáneo, gracias a la realización de la obra en técnica mixta: oleo s/tela y collage, trabajando en formatos que oscilan los 61 x 50 a los 100 x 80 cms. e incluso de proporciones más amplias.
Su culto al cuerpo de la mujer, no le descarta de realizar otros estudios. Así, en su particular autorretrato Indor Games, se permite el lujo de destacar la expresión gestual de los brazos, sin mostrar su rostro, particularidad que se extiende en toda la obra dedicada al desnudo femenino.
Iván Jordá analiza el comportamiento humano a través de su arte, invitando al espectador a entrar en el juego, incluso con el título de sus obras: Cançó del desig (canción del deseo), Quadern de percepció (cuaderno de percepción) o en su serie L’art i la manera (el arte y la forma).
Un comienzo exultante para Gal-Art y sus propietarios, Joan Fabregas y Daniel Cabrera, y a quienes desde Cuadros... deseamos mucho éxito en esta etapa, y una magnífica exposición de Iván Jordá, en su re-encuentro artístico con la ciudad.
A Iván Jordà (www.invajot.com) le precede la genética y el prestigio; de formación autodidacta debe a su padre y mentor, Ricard la pasión por el arte y la devoción por el dibujo.
En la inauguración de la muestra, el pasado 18 de junio, un orgulloso y emocionado Ricard Jordá (www.ricardjorda.net), ante un numerosísimo público de amigos y reconocidos artistas de la ciudad, presentó la exposición, destacando la originalidad de la obra de su hijo “no común en la creatividad. (...) Iván pinta dibujando y dibuja pintando. Esta es la grandeza que podemos tener en la interpretación del arte, pues su función vital es la comunicación, y vosotros debéis estar dispuestos a realizar el esfuerzo por comprenderlo”.
Jordá idolatra el desnudo femenino. Dentro del contexto del arte figurativo, el desnudo y especialmente el femenino, ha tenido gran relevancia a lo largo de los tiempos. Para ello, podemos atenernos a las explicaciones antropológicas – la fertilidad – o a las meramente artísticas – el dinamismo y la vitalidad del cuerpo. Iván Jordá es adicto a esta segunda afirmación, gracias en parte a una herencia genética incuestionable.
Siente verdadera admiración por su progenitor, como padre y como artista, y si bien su influencia en cuanto a planteamiento, estructura, fondo y temática es reconocible al instante, a Iván ni le pesa ni le marca el apellido; todo lo contrario, tiene personalidad propia, diferenciándose en el tratamiento, el enfoque del cuerpo femenino, mucho más sensual y voluptuoso, rozando el ideal, pues tal como nos comentó “... he vivido en otro entorno y otro ambiente”.
Evidentemente, sabe mostrar la sinuosidad de las curvas femeninas de forma provocativa, con toques de refinado erotismo, demostrando con ello un perfecto y meticuloso dominio del dibujo, de las formas, de las proporciones, utilizando a su vez una “aparente simbología” que contextúa la obra : “en realidad, lo incluyo para adornar la figura, sin más complicaciones”.
Jordá expone formas clásicas, bajo un tratamiento tremendamente contemporáneo, gracias a la realización de la obra en técnica mixta: oleo s/tela y collage, trabajando en formatos que oscilan los 61 x 50 a los 100 x 80 cms. e incluso de proporciones más amplias.
Su culto al cuerpo de la mujer, no le descarta de realizar otros estudios. Así, en su particular autorretrato Indor Games, se permite el lujo de destacar la expresión gestual de los brazos, sin mostrar su rostro, particularidad que se extiende en toda la obra dedicada al desnudo femenino.
Iván Jordá analiza el comportamiento humano a través de su arte, invitando al espectador a entrar en el juego, incluso con el título de sus obras: Cançó del desig (canción del deseo), Quadern de percepció (cuaderno de percepción) o en su serie L’art i la manera (el arte y la forma).
Un comienzo exultante para Gal-Art y sus propietarios, Joan Fabregas y Daniel Cabrera, y a quienes desde Cuadros... deseamos mucho éxito en esta etapa, y una magnífica exposición de Iván Jordá, en su re-encuentro artístico con la ciudad.
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