La fotografía es un arte, es innegable, y en los albores del siglo XXI está perfectamente consolidado, gracias al sentido estético y profundamente artístico de los fotógrafos, que si bien no dominan ni pinceles ni veladuras, a través del objetivo de sus cámaras, son capaces de captar instantes únicos, reflejo de emociones y explosión de sentimientos. Sensaciones sublimes que brillos, contrastes, luces, colores, sombras y un tratamiento fotográfico explicito, permiten alcanzar perfección y espíritu.
Fiona Morrison (Andorra, 1970) nos muestra a través de un profundo lirismo en imágenes, no sólo un dominio absoluto de la técnica fotográfica, sino lo más importante: su solitaria y sensible visión del mundo que nos rodea. La Galería Joan Prats – Artgràfic – de la calle Balmes, 54 de Barcelona nos ofrece los últimos trabajos de la fotógrafo: Llocsplaceslugares un conjunto de treinta imágenes aproximadamente, donde el espectador no puede evitar dejarse llevar por la magia de la nocturnidad o el extraño hechizo que puede ejercer la soledad. La grandiosidad de la naturaleza, luminosa y hermosa, aderezada con un verde esmeralda suave y tenue pero terriblemente mediterráneo, lleno de una extremada calidez.
Fiona Morrison (Andorra, 1970) nos muestra a través de un profundo lirismo en imágenes, no sólo un dominio absoluto de la técnica fotográfica, sino lo más importante: su solitaria y sensible visión del mundo que nos rodea. La Galería Joan Prats – Artgràfic – de la calle Balmes, 54 de Barcelona nos ofrece los últimos trabajos de la fotógrafo: Llocsplaceslugares un conjunto de treinta imágenes aproximadamente, donde el espectador no puede evitar dejarse llevar por la magia de la nocturnidad o el extraño hechizo que puede ejercer la soledad. La grandiosidad de la naturaleza, luminosa y hermosa, aderezada con un verde esmeralda suave y tenue pero terriblemente mediterráneo, lleno de una extremada calidez.
Es una obra estudiada, en algunos casos meticulosamente trabajada, - fotogramas de 35 mm, ampliados en papel y sin retoques digitales, con algún filtro, dentro de la tradición analógica - paciente y tranquila, a la espera del momento oportuno... único, donde la belleza del lugar y del momento muestra todo su esplendor.
Sus composiciones fotográficas son de un gran equilibro y armonía, ofreciendo una extraña paz espiritual, que nos permite contemplar su mundo, a través de los cánones que rigen la naturaleza, donde también reinan la melancolía y el aislamiento.
Hay imágenes de sublimidad exquisita, de nostalgia evocadora, de desilusión y desconcierto ante un incomprensible urbanismo, pero rápidamente nos devuelve al misterio crepuscular, con ese toque de azul intenso y transparente, enigmático y sigiloso.
Una exposición que subyuga y transporta al espectador sensible y exquisito a parámetros donde sólo la imaginación y lo hierático tienen cabida, y que hasta el mes de septiembre podrá ser visitada en la Artgràfic de Joan Prats (www.joanprats-artgrafic.com).
Sus composiciones fotográficas son de un gran equilibro y armonía, ofreciendo una extraña paz espiritual, que nos permite contemplar su mundo, a través de los cánones que rigen la naturaleza, donde también reinan la melancolía y el aislamiento.
Hay imágenes de sublimidad exquisita, de nostalgia evocadora, de desilusión y desconcierto ante un incomprensible urbanismo, pero rápidamente nos devuelve al misterio crepuscular, con ese toque de azul intenso y transparente, enigmático y sigiloso.
Una exposición que subyuga y transporta al espectador sensible y exquisito a parámetros donde sólo la imaginación y lo hierático tienen cabida, y que hasta el mes de septiembre podrá ser visitada en la Artgràfic de Joan Prats (www.joanprats-artgrafic.com).
orale sus imagenes son chidas deberian estar mas alegoricas
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